jueves, 24 de febrero de 2011

S-449. Prestaciones y Equipamientos

Hace unos días alguien me preguntó si los trenes MD, es decir la S-449, llevaban cámaras de grabación. Hoy, también se han interesado por el tema de la música ambiental. Voy a explicar brevemente las características, funciones y prestaciones de los trenes MD.
En primer lugar quiero hacer una pequeña aclaración, sobre la denominación MD. Bien, “MD” es decir, “Media Distancia” es el nombre con el cual se conoce una determinada Área de Actividad de Renfe, que incluye todos los productos y servicios de la misma.
Y luego está el producto determinado, el “MD”, que son los servicios que se prestan con vehículos de la S-449. Para entendernos, dentro del Área de Actividad MD, tenemos Regionales, Regionales Exprés, Catalunya Exprés y MD. Ahora vamos a comentar el “servicio” MD, los trenes con material S-449.
Estos servicios se presan en la Línea R11, la de Girona – Figueres, y habitualmente circulan dos vehículos acoplados con Mando Múltiple (esto significa que desde la Cabina Habilitada tienes el control y mando de todo el tren) a través de las toperas intermedias, por lo tanto, los datos que aquí voy a exponer se corresponde a un tren formado por dos vehículos.
Esta composición estaría formada por 10 coches, con una longitud total de 197.940mm, rozando los 200 metros, y el peso en Carga Nominal (con pasajeros) es de 386.396 Kgs (aquí se calcula el tren con las plazas máximas a 80 Kg/pasajero, si pesáis menos, tranquilos, otro lo compensará), y el número de plazas total (sin contar los asientos de los Maquinistas, que ya tuve un intenso debate por esta causa) es de 520 plazas sentadas, 2 plazas de PMR, 4 trasportines abatibles y 576 plazas de pie. En total, el número de plazas máximas es de 1.102 plazas.
Por último, la velocidad máxima de este vehículo es de 160 Km/h, con una aceleración de 0 a 160 de 0,3 m/s2 y una desaceleración en modo de Urgencia de 1,0 m/s2  Otra de las características de este vehículo es que, puede circular, una vez adaptado, por ambos anchos nacionales, el convencional y el internacional.

El interior del vehículo está preparado con Sala de Vending, Bicicletero con cerradura de seguridad (2 por vehículo), 1 WC en cada extremo del vehículo, y otro adaptado para personas con movilidad reducida (PMR), en ambos coches centrales de cada vehículo. Cada coche, de los diez del tren, lleva un sistema de climatización independiente con tres posiciones que corresponde a Alta/Media/Baja temperatura. Este sistema detecta la temperatura exterior del vehículo y transmite aire frío o caliente según se le haya solicitado. El sistema de climatización no se puede gobernar desde la Cabina, por lo que, en caso de alguna incidencia, habría que resetear el coche o coches afectados uno por uno. Este es uno de los mayores inconvenientes que nos encontramos en el día a día, ya que, si la sonda detecta una subida o bajada brusca de la temperatura exterior, el equipo “lanza” a plena potencia para alcanzar la temperatura prefijada. Normalmente tenemos los selectores en la posición media.
También disponemos de un servicio de Videovigilancia con 4 cámaras por coche. El sistema graba todo lo que ocurre en el interior del coche durante un periodo determinado, a partir del cual empieza a regrabar de nuevo sobre el disco. Las imágenes registradas solo son accesible mediante un protocolo de Seguridad, autorizándolo una Autoridad Judicial y preservando siempre la intimidad y la integridad personal de los pasajeros, tal y como recoge la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPDCP o LOPD). Como es normal, la única excepción a este sistema son los habitáculos del WC. Seguramente no era necesaria esta puntualización… pero ¡es que me lo han preguntado también!
También, en el mismo sentido, en la Cabina de Conducción Habilitada disponemos de un “Micrófono de ambiente” que graba todas las conversaciones que se producen en la misma. En mi próximo post “entraremos” en la Cabina de Conducción, y con un poco de imaginación, “conduciremos” un tren.
Sigamos con los coches. En cada coche hay cuatro monitores de información al pasajero. En esto se puede observar la información del trayecto, hora actual y temperatura, y al alcanzar la velocidad de 120 Km/h, también refleja esta. En los monitores se puede emitir vídeo a través de las entradas al efecto que hay en las Cabinas, y de modo prefijado disponemos de dos vídeos comerciales de la Empresa, aunque raramente los ponemos. La información de los monitores está prefijada en el Sistema de Megafonía de la Cabina, y esta va a través de unos códigos por trayecto. Por ejemplo, el código de Barcelona a Figueres es el 758. También disponemos de diversos mensajes pregrabados sobre incidencias, demoras, transbordos o cualquier otra circunstancia reseñable, y estos está en las cuatro lenguas oficiales del Estado: Castellana, Català, Gallego y Euskera. También, desde los Centros de Gestión de Barcelona y/o Madrid, se puede conectar automáticamente, a través del GSM, con la megafonía del tren, para informar de cualquier incidencia que hubiera durante la circulación. Paradójicamente, en ocasiones los pasajeros se enteran antes que nosotros, por la simple razón de que solemos llevar el volumen de la megafonía en silencio dentro de las Cabinas, pero siempre son temas comerciales, ya que los temas de Circulación utilizan otro medio y otro canald e información.
Otra de las prestaciones es la “música ambiental”. Existe una especie de protocolo que te “aconseja” recibir a los pasajeros con la música conectada, pero, en la inmensa mayoría de las ocasiones, son estos mismos los que nos piden que la quitemos, ya que, al parecer, es más molesta que placentera. No tenemos acceso a ningún tipo ni estilo de música, esta ya viene prefijada y las opciones que tenemos es “ponerla” o quitarla”.

Por último, los sistemas de Emergencia. En cada coche hay varios sistemas de emergencia para, en caso de necesidad, ser accionado por los pasajeros. Estos conectan automáticamente la transmisión “coche-cabina” para poder explicar al Maquinista el motivo del accionamiento. También hay un pulsador en el interior del WC PMR, que, en muchas ocasiones, algunos pasajeros confunden con el de la cisterna, actuando la alarma en la Cabina de Conducción. De una manera similar a la del AVE, estos sistemas no actúan sobre el freno de emergencia, ya que, podría detenerse el tren en algún lugar peligroso para los pasajeros (puentes, túneles, vías de difícil acceso…) y lo que hace es permitir comunicar con el Maquinista. En cualquier caso, los tiradores de las Puertas de Acceso, situados en cada plataforma, si que provocan la detención inmediata del tren. Igual que la apertura de alguna puerta de forma indebida. También, como punto final, a lo largo del tren hay diversos detectores de humo y de fuego. Este sistema garantiza la integridad de los circuitos eléctricos de punta a punta del vehículo, pero también detecta si algún pasajero enciende algún tipo de fuego, o un simple cigarrillo. Este hecho, provoca la alarma en la Cabina de Conducción, obligando al Maquinista a comunicar la incidencia al Centro de Control de Tráfico, y, en su caso, a detener el tren de manera inmediata para su reconocimiento.

Bien, hasta aquí, un exposición de las prestaciones y equipamientos del vehículo S-449 (y menos mal que dije que iba a ser breve…), el próximo día, “entraremos” en la cabina.

PD. Sólo por información. Un “TREN” es todo el material autopropulsado, y el “VEHÍCULO” es cada una de las composiciones. Es decir, un tren va de cabeza a cola, con independencia del número de vehículos que lo formen. Por eso, la forma de decir “vienen dos trenes acoplados” es incorrecta. La forma correcta sería “viene un tren con dos vehículos acoplados”, o en el argot nuestro “viene un tren con dos unidades”. Los vehículos autopropulsados (que no llevan una Máquina para su remolque), se denominan Unidades Tren, o UT. Por ejemplo, los servicios MD se prestan con dos UT S-449 (dos Unidades Tren de la Serie 449)     

miércoles, 16 de febrero de 2011

El Nespresso, el Maquinista y el Café. Un viaje polémico

Lo primero que viene a la cabeza es establecer una relación entre la marca, el tío de la máquina y el resultado final: café. Pues, lo siento, nada más lejos de la realidad.
Veamos. Anoche, a la llegada a Portbou, mi compañero de fatigas traía una bolsa de Nespresso con varias cajas dentro. Una de las clientas del tren se la había olvidado.
A través del teléfono, la señora contactó con él, y quedaron en que ella pasaría a recogerla por la mañana de hoy en la estación de Caldes. Hasta aquí, todo más o menos normal, no voy a entrar ahora en el debate sobre los despistados que somos todos.
Por la mañana, mi colega me ha dado la bolsa y la he llevado en cabina durante el trayecto a la espera de que la señora viniese a recogerla. A la llegada a Caldes, no ha venido nadie. Pum! Primer problema. ¿Ahora qué hago?
Mi compañero me ha preguntado si ha venido alguien y le he dicho que no. Bueno, la entregaremos en Sants y, con un poco de suerte, la señora podrá recuperar su bolsa. Todo sea que le dé por preguntar de nuevo.
Siguiendo el viaje, en Sant Celoni, se ha acercado el Agente de Seguridad de la Estación solicitando la bolsa, ya que la señora la había reclamado de nuevo desde Caldes. Había, dice, llegado tarde y el tren ya se había ido. Esto pasa por la puñetera manía que tengo de hacer mis trenes a la hora. Si hubiera ido con media horita de demora, la señora hubiera recogido sus pertenencias y mis clientes se habrían acordado de mi madre y mi Jefe me hubiera dado p’alpelo.
Bien, le entrego la bolsa y una enorme nube de satisfacción invade mi cabina. Deber cumplido, pensaba para mis adentros.
A los pocos minutos, el Agente de Seguridad hace entrega al Maquinista que sube hacia Girona de la bolsa viajera. Siguiendo su ruta, a la llegada a la Estación citada, el compañero baja del tren para entregar la bolsa en la taquilla, tal y como le habían pedido, y allí se encuentra con la dueña del café, quien, amablemente le agradece las molestias y le ofrece un café de la máquina (no de Nespresso, de esas que dan café a modo de purgante)
Entre avergonzado y agradecido, este recoge el vasito de plástico blanco con el negro líquido en su interior y se dirige de nuevo a su cabina. Igual que yo, pensaría que ya habíamos hecho la buena acción del día.
Pero, ¡aja! He aquí que algunos clientes han visto la escena: “El Maquinista se ha bajado a tomar café”
Sorprendidos e indignados, comienza el baile de piuladas en el twitter “¿Es normal que yendo con retraso el Maquinista se baje en Caldes a tomar café?”. Cuando leo esto, inmediatamente contesto por aquello del espíritu de supervivencia de la especie y sí, ¿para qué engañarnos?, por un corporativismo excesivo y a veces impertinente. Les contesto enseguida: “Ni es normal y, además, es difícil. Caldes no tiene cafetería, está fuera de la Estación”. ¿Cómo podía pensar yo que la señora del Nespresso le había traído un café al Maquinista?
En resumen, el Maquinista entregó la bolsa a su legítima dueña, ésta se lo agradece con un café (sobra decir que no era necesario), el tren circuló con unos minutos de demora que recuperó sobradamente, y la bolsa viajera partió de Barcelona, llegó a la frontera francesa, pernoctó a gastos pagados en Portbou, bajó hasta Sant Celoni, retrocedió hasta Caldes y al final pudo descansar en brazos de su dueña. 221 Kms arriba y abajo. Casi nada.
Hasta aquí la historia de la Bolsa Viajera, el Nespresso, el Maquinista y el Café. Cada cosa en su lugar y todos contentos… ¿o no?
No, del todo, no. ¿Por qué?, pues como he dicho, porque lejos de ajustarse a la realidad, por otra parte desconocida, lo que queda es que “el Maquinista ha bajado a tomar café”
Y es aquí donde quería llegar. Muchas veces las cosas no son lo que parecen. Como en este caso. Pero la piulada del twitter ha recorrido pantalla tras pantalla hasta llegar a Dios sabe dónde, pudiendo (es un decir) provocar un problema dónde no lo había.
Son muchas, muchísimas las ocasiones que debemos hacer algo así. Cuando no es un bolsa, es una carpeta, si no, un teléfono y hasta en alguna ocasión, la bolsa de la compra. Intentamos por todos los medios entregar todos los objetos encontrados a sus dueños, pero la mayoría de las veces debemos entregarlos en las Oficinas de Atención al Cliente. El objeto más sencillo de devolver es el teléfono. Normalmente, cuando uno se da cuenta, llama y si está en nuestro poder, contestamos, quedamos en vernos y Santas Pascuas.
Un día que me encontré uno, el esposo de la señora me llamó. Lo primero que me dijo es “¿Qué haces tú con el teléfono de mi mujer?” – es de agradecer que la señora estuviera con él, sino, las explicaciones serían complicadas – “Se lo ha dejado en el tren, soy el Maquinista”. Aquí ya cambia el tono, “Perdone, ¡esta tía no se entera!” (esto es real) Quedamos en Tarragona, lo recogió el amante esposo y en paz.

Acabo ya. Con esto quiero decir que no siempre es lo que parece ser, y que, antes de extraer conclusiones precipitadas, pongamos en valor todas y cada una de las posibilidades. Además, si un Maquinista se encuentra mal, y necesita de una infusión, de una botella de agua o algo tan simple como tomarse una pastilla o ir al servicio…  ¿no tiene el más mínimo derecho a poder hacerlo?

Somos profesionales – la gran mayoría – pero no por eso dejamos de ser personas.

lunes, 7 de febrero de 2011

La NO Noticia del día

No tengo mucho tiempo para entrar en detalles, quizás más adelante, pero quiero expresar de una forma modesta mi satisfacción con los datos de la DG de Seguridad.
En el 2010 no ha habido ni un solo accidente ferroviario atribuible al "FALLO HUMANO" de la Conducción. En datos estadísticos, que molan más, si la Tasa de Riesgo Admitida (número de sucesos por millón de kilómetros) es de 0,005%, el resultado final del año ha sido del 0,000%.
Esto es el resultado de una mejora importante en la Formación del Personal de Conducción, junto a la inversión en nuevas tecnologías, renovación del material (vehículos) y, sobre todo en el salto cualitativo en los sistemas de seguridad tanto en vía como a bordo.

Muchas veces me habéis "oído" ser crítico cuando toca serlo, pero en esta ocasión me vais a permitir que rompa una lanza en favor de un colectivo a veces maltratado y de una Empresa, también a veces, que ha recibido más palos de los que le correspondía.

Para acabar, y para ampliar un poquito más la noticia, durante el 2010 hubo 5 accidentes en todo el Estado, tres de ellos fueron descarrilamientos por mal estado de los vagones y dos por desplazamiento de la carga. Ninguno sobre trenes de viajeros.

Felicidades a los Maquinistas, y seguir así. De momento, seguimos en cabeza de Europa... y el extranjero! 

domingo, 6 de febrero de 2011

No soy Superman (y yo sin saberlo!)

Tras revisar todas las declaraciones (burradas) que se llegaron a comentar durante el conflicto de "Los 3 Días", he encontrado otra de esas afirmaciones curiosas, si no provocativas. Con este último artículo, daré por  cerrado este tema.
En el mismo programa de TV3 ya nombrado, tras la aparición de alguien que dijo ser Maquinista, intervino un compañero de los que se dedican al mantenimiento de los vehículos. Éste, tras despotricar de la actitud de una parte del colectivo de Conducción, enlazó todo el tema de salarios/jornadas/descansos/ con la formación de los Maquinistas. La frase textual fue “muchos de los Maquinistas no saben reparar un vehículo, en caso de avería”.
Yo podría mostrarme educado, que lo soy, y contestarle solamente con aquello de “no es mi trabajo reparar un vehículo”, pero, estaría faltando a una parte de la verdad. Así que, me tomaré como parte de mi trabajo la resolución de averías – que lo es – en caso de incidencias en plena vía.
Veamos.
Supongamos que durante un trayecto Barcelona – Girona tengo una avería en mi vehículo. Cualquiera de ellas, me da igual. El primer paso es averiguar en un periodo de tiempo limitado la posible causa, en segundo lugar, informar al Centro de Control de Tráfico (PM, CTC, etc), para informar del punto donde estoy detenido, la avería, las posibles causas y el tiempo aproximado de revisión y, en su caso, reparación. También debo informar al Centro de Gestión (este caso de Media Distancia) de toda la información que tenga en ese momento. De esta manera, mientras yo “intento” solucionar la incidencia, aquellos ponen en marcha los procedimientos oportunos para despejar la vía lo antes posible y regular el tráfico bajo esa circunstancia, priorizando que los clientes lleguen a sus destinos. Obvio.
Tras todo este proceso, empiezo lo que realmente es mi labor: la reparación de la avería.
Y aquí es donde debo convertirme en una especie de Superman. Me explicaré, y se lo explicaré a mi compañero de Mantenimiento.
Yo, y todos los Maquinistas de MD estamos habilitados (cursillos de formación) para la conducción de los vehículos de las series S-440, S-447, S-448, S-449, S-470 y S-104 (Alta Velocidad), algunos pocos Maquinistas, además el S-450, S-451, S-463, S-464, S-465 o el S-121 (Alta Velocidad). Es decir, lo más habitual es trabajar con 6 vehículos diferentes. Bien, a pesar de algunas similitudes, cada vehículo tiene sus propias características, su propia situación de aparatos y su propio funcionamiento. No es lo mismo condenar (inutilizar) una puerta en una S-440, que en una S-448 o 449. No digamos si la avería está en algún convertidor, “hombre muerto”, tubería de depósitos principales o en el sistema de climatización.
Recuerdo cuando hice mi primer cursillo. El formador nos dijo que cuando tuviéramos una avería, “os sentáis en la vía, os fumáis un cigarrillo y empezáis a pensar por dónde empezar”
Somos Maquinistas y tenemos una de las mejores formaciones que existen. Ya sé que suena pedante, pero no lo decimos nosotros, lo dicen algunos de los varios Informes y Estudios publicados al respecto. Somos Maquinistas, repito, pero no somos Superhombres.
No es fácil reparar una avería en plena vía, no es fácil encontrar la causa y dar con el remedio, y sobre todo se complica más aún, cuando no hay una unificación de criterios entre los distintos fabricantes. Y a veces ni entre el “mismo” fabricante. Y por este motivo debemos ejercitar un intenso proceso mental para recordar todas y cada una de las causas, situaciones de armarios, de llaves de paso, etc. Sí, la mayoría llevamos nuestras "chuletas", pero estas sirven para las averías más comunes y tampoco cargamos con todas las "chuletas" de cada vehículo. Lo normal sería llevar los distintos manuales de los vehículos, pero, por poner un ejemplo, el manual de la S-449 supera las 300 páginas a tamaño folio.
La diferencia que, malintencionadamente, olvida el Sr. de Mantenimiento estriba en que "Maquinista" hay uno. Uno solo intentando reparar una avería, cuando en el Taller (el suyo, por ejemplo) hay varios mecánicos, y entre ellos, está el "eléctrico", "el neumático", el de "comunicaciones", y luego, entre ellos está el de la "440", el de la "449", o el del "104".
A pesar de esto – o precisamente por esto – cada vez se producen menos incidencias entre el material.
Entre la afirmación del compañero de Mantenimiento y la perfección del Maquinista, sobre todo sabiendo que esta última no existe, hay un largo trecho, pero, acusar a todo o parte de un colectivo de falta de formación o “falta de pericia en la resolución de averías” (falta recogida en nuestra Normativa Laboral), tan solo es atribuible a la mala fe o al desconocimiento de lo que se dice.
Quizás, y este último comentario sobra, si las Empresas de Mantenimiento tuvieran el mismo celo y responsabilidad que demuestra el Maquinista durante el desempeño de su trabajo, no sería necesario que este tuviera que dedicar, en ocasiones, más tiempo a la resolución de una avería que a la conducción del vehículo.

No obstante, reitero lo dicho, no somos Supermanes. Aunque a veces lo rozamos. Y yo sin saberlo.

martes, 1 de febrero de 2011

Empieza Febrero

"Febrerillo el loco" que decía mi madre.
Estos últimos días he tenido este Cuaderno de Campo un pelín abandonado. La verdad es que me he dedicado a poner en orden muchas de las cosas que tengo desparramadas por la mesa... y por la cabeza. Poco a poco, las cosas va regresando a su punto inicial y, tras un periodo convulso de evoluciones incomprensibles, siento que aquello que algunos llamamos normalidad se está adueñando del ambiente.
Los que habéis seguido este blog habéis "vivido" desde el otro lado - el lado oscuro - el conflicto qué se generó en las líneas de Rodalies por unas actitudes más cercanas a la arrogancia que a la serenidad del sentido común. También habéis vivido desde vuestro lado las consecuencias del conflicto. Sé que lo habéis sufrido más que vivido, sé que algunos han llegado a compreder cosas que antes desconocían, pero lo que no sé es si el esfuerzo, el desprestigio y la desbocada situación generada ha merecido la pena. Es tan solo una percepción de quien vive día a día problemas similares, pero me da en la nariz que, lejos de encontrar una solución definitiva (o lo más definitiva posible) lo que se ha hecho es aplazar un problema.
Decía que dudo tanto de los resultados como de los efectos.
Pero aquí voy a hacer una distinción, sin que sirva de precedente, sobre las actitudes de algunos y la demagogia de otros.
He sido crítico con quien debía serlo. He manifestado mi impotencia ante declaraciones llenas de falsedades, o siendo políticamente correcto, declaraciones envueltas en un halo de fantasía y bañadas por un flujo de medias verdades. Y he sido muy crítico también con la parcialidad de los Medios de Comunicación. Algunos más que otros, pero, en general, todos se han agarrado a urgar en la herida en lugar de conocer las causas, efectuar un diagnóstico y, en la medida de las posibilidades de cada uno, cortar la hemorragia.
Pero, algo ha cambiado.
No voy a poder ser muy concreto, y os aseguro que me gustaría mucho, pero cuando recibo alguna comunicación de carácter privado, la mantengo dentro del espacio privado. Decía que algo ha cambiado.
Mi tozudez a la hora de refutar las informaciones que estos días nos han caido encima a los Maquinistas han tenido un ligero efecto. Pequeñito, sí, pero para mí ha sido importante.
He recibido algunos correos de gente que tiene y crea opinión. Profesionales que, si bien no han tenido palabras claras de rectificación, sí que han justificado los errores cometidos por cuenta de otros. Es aquello de "yo te engaño porque a mi me han engañado"
Estoy satisfecho. Totalmente satisfecho. No tanto por lo que se pueda decir o lo que se debiera decir, sino porque, en este caso, no se había dicho la verdad y, al final, me han dado la razón.

Quiero manifestar, por último, mi agradecimiento a quienes nos habéis llegado a entender - y sé que ha sido muy difícil - y en cierto modo nos habéis apoyado, y quiero agradecer también que personajes de la vida política con cientos de problemas encima de la mesa haya tenido un minutillo de su tiempo para "escuchar" aquellos 140 carácteres que este humilde trabajadorr le hizo llegar. Al menos demuestra que realmente le interesa lo que piensa y lo que dice uno de sus conciudadanos.
Y para acabar, insisto, os pido disculpas por esos tres días de enero. Y os invito a compartir un periodo de reflexión conjunto. Vosotros necesitáis de un medio de transporte que os aligere la cotidianidad de vuestros desplazamientos, y nosotros necesitamos de vuestra colaboración y complicidad para ir mejoranado día a día, metro a metro. Todos ganamos.